LA FAMILIA LUMIÈRE Y LA IMAGEN

Retrato de Antoine Lumière, "abuelo del cine"

Los hermanos Lumière, Auguste y Louis, son popularmente conocidos como los padres del cine. No obstante, no fueron los primeros ni los únicos interesados en el desarrollo de la imagen para dotarla de movimiento. Su interés por la materia proviene de Antoine Lumière, el cual pasaremos a conocer como el “abuelo del cine”, por ser el padre de los padres cinematográficos.
Antoine fue en su época un conocido pintor de retratos que dejó su profesión para dedicarse al negocio de la fotografía, mucho más técnico pero menos trabajoso y con un resultado parecido, teniendo en cuenta sus dotes artísticos.



Hermanos Lumière de pequeño

En 1862 nació su primer hijo, Auguste, y dos años más tarde nacería Louis, ambos en la ciudad francesa de Besançon. Allí el padre de familia mantenía una relación profesional con su socio Émile Lebeau, pero hubieron ciertos malentendidos entre ellos y Antoine decidió cerrar el negocio compartido y partir hacia Lyon para empezar un nuevo proyecto empresarial ligado a la imagen fotográfica, que fue tan o más exitoso que el anterior.  



Familia Lumière
Una vez instalada en la capital francesa, la familia Lumière se estabilizó en la clase privilegiada de la sociedad y quiso educar a sus hijos en el mejor instituto de la ciudad, La Martinière. Los esfuerzos daron sus frutos y los hijos aprovecharon la oportunidad que tenían enfrente de absorber el máximo número de conocimientos aplicables a la vida y a la fotografía.
Al poco tiempo, los hermanos se aliaron y empezaron a trabajar conjuntamente con su padre en el desarrollo de iniciativas para fabricar material útil fotográfico que ayudara a su empresa a distinguirse de las demás. Los primeros intentos fueron fallidos, aunque en cada error encontraban un acierto que más tarde podrían aplicar. Años después el hermano pequeño, Louis, ideó un método destinado a la preparación de placas fotográficas que potenció la empresa familiar erigiéndola como la líder europea del sector.  


En los años 90 del siglo XIX se empezó a tener constancia de otras mejoras experimentales en la obtención y proyección de imágenes. La familia Lumière vio amenazada su predominio y quiso reaccionar para continuar su hegemonía. A finales de 1894 los hermanos Lumière habían logrado su propósito de mejora y patentaron el cinematógrafo, su gran invento. Su satisfacción duró poco, pues Antoine fue invitado ese mismo año a presenciar una demostración del kinetoscopio de Edison y quedó fascinado por la magnitud del invento, de manera que propuso a sus hijos que, de nuevo, trataran de mejorarlo.
Parecía una difícil tarea, pero sólo un año más tarde (1895) y, otra vez, el benjamín de la familia, Louis, construyó el primer aparato cinematográfico que iba más allá de la mera representación del movimiento de la imagen individualizada y permitía la visualización en grupo. La presentación de la innovación tuvo una buena acogida entre el público y con ella alcanzaron un bienestar social acorde con su talento.
Auguste y Louis Lumière
De allí en adelante, Auguste centró sus actividades hacia la biología y Louis siguió trabajando en el campo de la imagen, creando el fotograma, la placa de tricromo que permitía fotografiar en color, la fotografía con relieve y el cine estereoscópico que sería desarrollado por otros genios a posteriori.